Nivel 1: te volvés un fan friki de la serie.
Sabes quién es Joss Whedon.
Te das cuenta que citas frases de la serie varias veces al día.
Piensas que cuando se trata de Buffy nunca es demasiado.
Llamas a tu mascota Willow o Xander.
Tu cuarto parece un santuario, lleno de merchandising y pósters de Buffy.
Tienes tantos libros y cómics de Buffy que si se declarase un incendio en tu casa tu habitación sería la peor parada.
Tienes la colección completa de las camisetas de Buffy. Pero no las usas: quieres mantenerlas en perfecto estado.
Ya no encuentras merchandaising de Buffy que comprar...
Tus amigos saben que si te llaman durante la “hora Buffy” debe ser por razones de vida o muerte.
Te horroriza que exista gente que jamás haya oído hablar de Buffy.
Cuando ves un episodio de Buffy, la gente te mira raro porque dices las frases de los actores antes que ellos.
Prefieres ver Buffy tú solo, porque el resto de la gente “no entiende la serie”.
No eres capaz de encontrar nada de qué hablar con alguien que no ha visto nunca un episodio de Buffy.
Pasas horas en Internet buscando fotos de Buffy. Y te vuelves loco de alegría cuando logras encontrar fotos que no tenías en tu colección.
Decides ir a una fiesta de disfraces vestida de Buffy, pero tus amigos no notan ningún cambio en ti.
Grabas cada capítulo de Buffy.
Después, los regrabas para que estén en el orden cronológico correcto.
Lees un guión de Buffy al menos una vez al día.
Escribes relatos de Buffy.
Compraste todos los CDs de música que contienen canciones que hayan salido en Buffy. También compraste el CD del capitulo musical, y los CDs que han sacado a la venta los integrantes del reparto, como Anthony Stewart Head, Amber Benson o James Marsters.
Conoces las direcciones de unos 1000 sitios de Buffy en Internet. De memoria.
Nivel 2: te volvés un friki peligroso, y empezás a prestarle más atención a la serie que a tu propia vida.
Sabes las fechas de nacimiento de todos los actores de la serie, y les envías cada año postales felicitándoles.
Pese a que aprecian tu interés y admiración, los actores de Buffy han acabado por tenerte un miedo mortal.
A todos los actores de Buffy se les ha enseñado una foto tuya, e indicado que traten de mantenerse lo más alejados de ti que puedan.
Necesitaste visitar a tu psicoanalista por el profundo trauma que te causo la muerte de Tara.
Tuviste un ataque de nervios cuando supiste que la serie terminaba.
No puedes recordar qué era de tu vida antes de Buffy.
Le rezas a Joss Whedon.
Nivel 3: perdiste la capacidad de percibir la diferencia entre la serie y la realidad.
Imitas a los personajes de la serie; la línea entre tu "yo" real, y ellos, está difusa:
Miras los objetos de madera evaluando si serían una buena estaca.
Vas de compras y vuelves con cosas sospechosamente parecidas a las que salen en la serie.
De pronto te gusta el tweed (tela escocesa típica para hacer trajes).
Empiezas a pasar mucho tiempo en bibliotecas.
Tienes un colgante con una cruz, o un anillo Claddaugh.
En las matrículas de tu coche pones “Queen C”.
Llevas 5 agujeros en cada oreja.
Tu muñeca se llama Miss Edith.
Castigas a tus muñecas sin postre.
Has buscado Moloch en varios buscadores, sólo por curiosidad.
Te aterrorizan los mimos y los muñecos.
Tu pájaro murió de inanición.
Te pintas las uñas como Drusilla: de negro con la punta blanca.
Bloody es tu palabra más usada.
Todas tus cuentas de Internet tienen como nombre de usuario “Willow”.
Le pides a la gente que te llame Buffy, o usas ese nombre como nick de Internet.
Como regla general, no te gusta que te sorprendan. Especialmente en tu cumpleaños.
Evitas las fraternidades.
Cuando un amigo tuyo aparece en tus sueños, al día siguiente corres a buscarlo para preguntarle “qué es lo que sabe”.
Te apuntas al instituto Torrance High School (la secundaria donde filmaron la serie).
Empiezas a comprobar las estadísticas de crímenes de tu barrio si sabes que han llegado nuevos vecinos.
Tienes los archivos de la policía y los juzgados entre tus “favoritos”.
Tienes toda tu información importante en disquetes amarillos.
Te escapas de tu habitación para irte a un parque en el que has oído que hace poco ha muerto alguien desangrado.
Registras las taquillas de tus compañeros para comprobar que no contienen tratados de anatomía forense o libros similares.
Confundes las vivencias y comportamientos de los personajes con los tuyos:
"Una cazadora feliz es una buena cazadora” se convierte en tu lema.
No quieres salir cuando es de noche… por si acaso.
Tienes cruces clavadas en cada puerta y ventana de tu casa.
No sales pasada la puesta de sol si no estás armado hasta los dientes con estacas, cruces y agua bendita.
Nunca invitas verbalmente a alguien a entrar en tu casa.
Nunca invitas a nadie a pasar a tu casa después la puesta de sol.
Haces el conjuro para retirar la invitación a la persona que te visita si hace mucho que no lo ves de día.
Recitas el hechizo de convertir en rata cuando tu hermano mayor se pone fastidioso.
Reemplazas tu identidad con las de los personajes:
Sueñas con vidas pasadas como cazadora.
Siempre andas rondando cerca del bibliotecario de tu colegio, por si está tratando de decirte que eres la siguiente cazadora.
Cuando te enteras que hay un bibliotecario nuevo en el colegio, entras precipitadamente y gritas: "Bien. ¿Cuál es la situación?".
Revisas todos los libros sobre ocultismo de la biblioteca de tu colegio, por si encuentras los diarios del vigilante.
Te auto-designas vigilante y buscas alguien a quien entrenar.
Llevas siempre al menos una cruz encima, y tienes una gran variedad de ellas.
Tallas estacas de madera.
Llevas siempre encima una estaca (por si acaso).
Duermes con una estaca bajo la almohada.
Tienes una estaca favorita… y les has puesto nombre.
Abres las puertas de una patada.
Tienes un arcón en tu habitación con un falso fondo que contiene ajos, agua bendita, estacas y cruces.
Crees que un cementerio es un sitio guay para salir a caminar.
Das largos paseos por el cementerio de noche.
Te sientas en una tumba a jugar con el yo-yo, mientras dices “Vamos, despierta, levántate… A algunos nos esperan una montaña de deberes de trigonometría en casa.”
No te quejas de tener que ir a la Iglesia, porque sabes que tus reservas de agua bendita están un poco escasas. Le pides al sacerdote que te bendiga tu botella de Font-Vella.
Miras a las casas abandonadas de otra manera.
Buscas puertas secretas o cerradas con candado en los mausoleos.
Nunca sales con tu novio en noches de luna llena.
Llamas a tu pareja Angel.
Ya estás dentro del Buffyverso:
En lo que a ti concierne, Buffy y sus compañeros son personajes reales.
Viajas hasta California buscando Sunnydale. Allí llamas a información y preguntas dónde está, y cuando el telefonista te indica que no existe ningún sitio con ese nombre le gritas acusándole de estar compinchado con algún demonio para mantenerte fuera de Sunnydale.
Has ido al registro a pedir que cambien tu nombre por Buffy Anne Summers o el de cualquier otro personaje de la serie.
Cuando te preguntan qué quieres ser de mayor, respondes “cadáver” o bien “mi destino ya está escrito”.
Reemplazas tus recuerdos con los episodios de las temporadas:
Te asustan las aspirantes a animadora.
Te llevas un extintor a los entrenamientos de las animadoras.
Te aseguras de que tus padres nunca vayan a reuniones de padres o conozcan a tus profesores.
Sientes pánico siempre que te ponen a una profesora de biología sustituta.
Te mantienes alejado de los profesores sustitutos, por si resultasen ser mantis religiosas.
Te niegas a aceptar galletas del nuevo novio de tu madre.
Nunca firmas en el anuario de tus compañeros poniendo “Que pases un feliz verano”.
Cuando tu hermanito vuelve del zoo, no le dejas entrar en casa.
No te gusta usar la palabra “Maestro”.
Invocas una maldición gitana sobre el director de tu colegio, por haberte suspendido una asignatura.
Vas en silla de ruedas para parecer inofensivo y que tus compañeros no sospechen que les traicionas.
No dejas que gente con las uñas largas se acerque mucho a tu cuello.
Los hospitales te causan un extraño pavor.
Cuando te haces un disfraz de Halloween, te aseguras de que sea algo que te gustaría ser en la vida real.
Evitas los saunas: a saber lo que le echan al vapor.
No aceptas ningún caramelo si te lo venden los de la banda del instituto.
Escuchas la canción “I hope you dance” y piensas en patearle el culo a Faith.
Descubres que de pronto te apasiona el minigolf.
Deseas explotar tu escuela.
Estuviste pensando en convertirte en demonio vengador después de tu última ruptura.
Todas las mañanas la primera cosa que haces es preguntarle a tu madre cuantos hermanos tienes… y llevas un diario para no perder la cuenta.
Para Halloween te disfrazas de conejo… ¿hay algo más aterrador?
Usas un orbe de Tésula como pisapapeles.
Les pides a tus amigos que si te mueres dejen tu cajón abierto… o manden un e-mail si planean revivirte.
Si alguien dice “tengo una teoría…” te paras a bailar.
Crees que te has visto en el final de Buffy. Ya no eres potencial.
Cuando te preguntan “¿qué haremos ahora?”, sólo sonríes.
Espero les haya gustado este especial tan divertido y sobre todo genial, También agradecimientos especiales a mi amigo Matias
Aqui les dejo su blog, bastante divertido y vérsatil y sobre todo kool /Entre las sombras/
además, pronto será la convocatoria para el blog del mes de enero :)
jajaja siii! cuando empezee a ver la serie me obsesione como jamas con otra cosa! veia por isat los capitulos, a la tarde y la repeticion a la mañana, me sabia y me se aun el orden por nombre de cada uno. si alguien me interrumpia viendola me ponia super loca, me pasaba horas buscando cosas de buffy y angel por internet, tenia grabado el opening y el ending en el cel y los tenia de tonos, cuando tenia educacion fisica y me entere que era a la misma hora que mi serie roge a la profesora de tal forma que cambio el horario jajaja como me habre puesto xDD
la vverdad senti una gran frustracion cuando termino la serie, y me costo mucho despegarme de ella, la volvia a ver una y otra vez.
ahora ya supere la adiccion pero de vex en cuando busco cosas por internet, asi encontre este blog jajaja xD